domingo, 26 de agosto de 2012

Ciudad límite: entre la ruina y la novedad



La ciudad por haber sido una de las hijas predilectas de la modernidad está, desde siempre, destinada al fracaso. Condenada a la imposibilidad de su progreso, se encuentra siempre un paso atrás de su futuro, en el límite de su propio tiempo. Así, la ciudad intenta implacablemente de construir puentes, pasos a desnivel, vagones de metro más largos, parques aerodinámicos para encontrarse siempre y a cada paso con su frontera, su inutilidad.


Las grúas cual monstruos cavernosos contemplan aventurarse a la demolición del pasado  en la perpetua construcción del otro pasado, el futuro. Vanos son los intentos de los alcaldes, de los obreros, de los ciudadanos en llevar a sus límites a esta ciudad y tratar de construir otra encima.

Hombres con cascos caminan al borde de sus límites tratando de evitar su desgracia colocando fierros en sus heridas, tratando de conectar sus dientes de señora chimuela.


Y nos vestimos de naranja ejército con deseos de enfrentarnos imperiosamente en contra de las tretas de la vacuidad. Así los límites de la ciudad se tornan, inesperadamente, en aquellos de su propia imaginación. Imaginación que siempre excede sus posibilidades. La ciudad se extiende gracias a su imaginación pero esta siempre se tornará en su contra para demostrarle la poca cosa en la que se ha convertido.


 

Texto y fotos de Frida Robles     fridarobles@gmail.com 

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